Soles de Tejate, ¿observatorio astronómico de los mahos?

El pasado viernes 20-07-2018, Carlos Vera presentó los resultados de la primera fase del estudio sobre los Soles de Tejate, realizado por el Grupo de Arqueoastronomía de la AAF, creado al efecto.

Tomando como punto de partida el  trabajo inicial de Carlos en 2010,  con un segundo Sol en perfecta geometría constructiva y alineación este-oeste con el que ya era conocido entonces como «el Sol de Tejate»; el estudio se ha centrado en principio sobre el «sol» situado al oeste, dado su mejor estado de conservación, utilizando para ello la copia de un plano topográfico facilitado por la arqueóloga Antonia Perera Betancor, que permitió medir con mayor precisión la disposición de los muros y buscar posibles coincidencias entre las direcciones a las que apuntan los pasillos formados por cada par de muros y los puntos del horizonte correspondientes al orto o el ocaso de los astros más destacados y más importantes para la cultura Amazig norteafricana (mas conocida como bereber) que, según parece, eran quienes habitaban nuestras islas antes de la conquista y colonización española, a donde, según recientes investigaciones históricas, habían sido deportados por el imperio Romano durante el siglo I de nuestra era.

Respecto a los puntos singulares relacionados con el Sol y la Luna (equinoccios, solsticios y lunasticios mayor y menor), invariables a lo largo del tiempo, hay coincidencias con el centro de los pasillos correspondientes, siendo exactas algunas de ellas y otras bastante aproximadas.

En el caso de las estrellas, los puntos correspondientes a su orto y ocaso se mantienen prácticamente invariables durante todos los días del año, aunque en realidad sufren un lento desplazamiento, debido al movimiento de precesión del eje de rotación de la tierra, cuyo ciclo es de 25.700 años, por lo que solo se hace apreciable a simple vista con el paso de los siglos. Este desplazamiento, debido a la precesión, consideramos que podría servirnos para averiguar la fecha aproximada de la construcción del edificio, si encontrábamos un máximo significativo de coincidencias en un año determinado. Para ello, haciendo simulaciones con el programa Stellarium, medimos las posiciones (acimut de orto y ocaso) de las 38 estrellas más brillantes entre las visibles a simple vista (magnitud < 2), desde el año 2000 antes de Cristo hasta el 1300 de nuestra era y hemos encontrado una distribución más uniforme y con mayor número de coincidencias en torno al año 1000 DC.

Un detalle constructivo realmente fascinante:

Con repecto a la estructura del Sol de Tejate Oeste, el detalle mas curioso y fascinante que hemos descubierto, es que el trazado de los muros no se hizo apuntando al centro geométrico del recinto, sino en dirección tangencial a una trayectoria circular (círculo rojo del dibujo) que rodea al área central de la construcción, la cual debía de estar reservada para el culto a la divinidad y ocupada por un altar de las ofrendas, como suele ser habitual; no siendo posible, por tanto, utilizar dicho centro como punto de observación.

Esta disposición tan ingeniosa de los pasillos está hecha de forma que, si avanzamos por ese camino circular que rodea al supuesto altar central, moviéndonos en el mismo sentido en el que lo hace cada día la Diosa Magec (el Sol), es decir, avanzando de Este a Oeste, pasando por el Sur (en el sentido de las agujas del reloj, teniendo el altar a nuestra derecha), entonces veremos como los pasillos se van abriendo ante nuestra vista, uno a uno, dejándonos ver el correspondiente sector del horizonte por el que salen o se ocultan los astros.

Pero, si avanzamos en sentido contrario, es decir con el altar central a nuestra izquierda, todos los pasillos permanecerán cerrados a nuestra vista, impidiéndonos ver el horizonte durante todo el recorrido (tal vez como una especie de castigo simbólico de la diosa Magec por atrevernos a avanzar en contra de su movimiento natural).

Si observamos con más detenimiento el trazado de los pasillos, vemos que están distribuidos formando nueve grupos, a cada uno de los cuales le corresponde un punto de convergencia común dentro de ese recorrido circular que rodea al supuesto altar central. Es decir, que hay 9 puntos de observación, desde cada uno de los cuales podemos ver simultaneamente a través de todos los pasillos del grupo correspondiente.

Otra consecuencia lógica de que los pasillos no apunten al centro, es que desde el exterior del edificio no es posible ver el altar central, excepto por un amplio sector que mira al SE y un ancho pasillo contiguo (tal vez la posible entrada), que son los únicos dirigidos hacia dicho centro (en el supuesto de que hubieran ventanas o aberturas en los sectores del muro circular correspondientes).

Esos detalles tan singulares de su diseño, con un trazado geométrico tan preciso e ingenioso, son las caracteristicas mas notables que distinguen a estas dos construcciones de las demás que se conocen en Canarias. Si tenemos en cuenta también su interés científico, tanto desde el punto de vista arqueológico y arqueoastronómico como etnográfico, todo ello las convierte indudablemente en piezas de nuestro património de extraordinario valor; lo cual debería justificar sobradamente el que se les dedicara una mayor atención por parte de nuestras instituciones; comenzando por una protección más efectiva y un estudio arqueológico serio y en profundidad, hecho por un equipo de profesionales de la arqueología con experiencia. Su declaración como Bién de Interés Cultural, junto con un acondicionamiento y reconstrucción parcial de la estructura, lo convertiría sin duda en un importante atractivo cultural de nuestra isla.

El grupo de trabajo «Soles de Tejate», formado actualmente por Isabel Domínguez, Carlos Vera, Gianfranco Costa, Salvadora Martel, Salvador González y Mary Nieves Vargas, seguirá analizando datos sobre el Sol del Oeste e intentará extraer alguna información del Sol del Este, a partir de septiembre.

<<Los Soles de Tejate deben ser declarados BIC>> – Entrevista a Carlos Vera H. en Canarias7